martes, 5 de octubre de 2010

REFLEXIÓN Mohandas Karamchand Gandhi

Gandhi y la Universidad

Las enseñanzas del apóstol indio son válidas para el Puerto Rico de hoy, según un líder académico

(fotomontaje / thinkstock / archivo)

Por Ram S. Lamba / Cercadillo, Cayey

“En las próximas generaciones podría suceder que pocos creerán que una persona como ésta de carne y hueso como él caminó sobre esta tierra”.

T uve la gran suerte y fortuna de ver a este hombre caminar sobre la tierra en Delhi, cuando el país estaba terminando el movimiento de desobediencia civil iniciado por Gandhi contra el Imperio Británico para lograr la independencia de India. Fue en el año 1947, y no podía creer lo que observaba cuando mi papá y yo caminábamos por un bazar y vimos una multitud de personas caminando hacia una gran fogata.

Cientos de manifestantes estaban tratando de confiscar todos los sombreros y corbatas –símbolos del dominio inglés– que usaban los indios y los europeos. También agarraban los “sola hats” (un tipo de sombrero inglés) y llenos de alegría los quemaban en las fogatas. La gente se quitaba las corbatas y cualquier cosa que los pudiera identificar con los británicos. Mi papá también tiró su corbata a la fogata. Fue un momento de algo de temor pues la multitud aumentaba mientras cantaba y gritaba “Gandhi ji zindabad” (¡Que viva Gandhi!). De pronto la multitud también comenzó a cantar y gritar (¡Revolución para siempre!).

Ya que era un niño, por un momento no podía identificar a Gandhi y mi padre dirigió mi vista hacia un hombre de estatura baja que estaba sobre una pequeña colina en la multitud.

Allí estaba y pude ver a aquel hombre bajito, con el color de la piel quemada por el sol, débil y delgado. No tenía mucho pelo. Tenía un bastón en una mano y utilizaba un par de espejuelos económicos y un “dhoti” blanco (pedazo de tela de algodón, como puede verse en muchos retratos y pinturas de él), rodeado de una multitud de personas con sus puños al aire gritando consignas y tirando objetos a la fogata. Tanto el calor de la multitud que cantaba consignas como el calor de la fogata seguían creciendo, por lo que mi papá agarró mi mano más fuertemente y nos alejamos del lugar. Él tenía miedo de que en cualquier momento comenzara un motín y no quería poner mi vida en peligro. Esto ocurrió cerca de Purana Quila, en la parte vieja de Delhi. Todavía tengo este recuerdo vivo y siento la gran fortuna de haber visto a Mahatma Gandhi (Alma Grande, como se le conoce generalmente).

Mohandas Karamchand Gandhi nació el 2 de octubre de 1869 en un pueblo pequeño de Porbandar, entre Mumbai y Karachi (hoy parte de Pakistán). La familia Gandhi siempre creyó en la no-violencia y en la tolerancia entre los diversos grupos religiosos.

Posteriormente se ha enfatizado la importancia que tuvo su trasfondo familiar para explicar por qué M.K. Gandhi logró lo que hizo en la sociedad India.

En 1885, estudió leyes y luego siguió estudios profesionales en Inglaterra. Tras aproximadamente tres años en Inglaterra, Gandhi regresó a India como abogado y trabajó en diferentes empleos. Luego viajó a Sudáfrica, una experiencia que cambió su vida completamente e inculcó en él un compromiso para luchar contra los prejuicios y discriminación contra indios y negros.

Las experiencias en Sudáfrica le dieron una energía incansable y una capacidad inagotable para sentir indignación ante la discriminación y la injusticia. Logró destacarse como un líder único en la lucha de la injusticia contra el gobierno de Sudáfrica y obtuvo una victoria sobre este poderoso imperio.

Al regresar a India, Gandhi continuó ejerciendo su liderato para luchar contra la brutalidad de los ingleses; la injusticia y la discriminación en contra de los indios. Creía en el ayuno y siempre mostró que una huelga de hambre es más poderosa que utilizar la espada en contra de las personas que quieren oprimir tus creencias o al país.

Fue encarcelado varias veces después de que regresó a India. Pero cada vez que era enviado a la cárcel, comenzaba una huelga de hambre y sus seguidores protestaban por su encarcelamiento y expresaban su preocupación por su salud. Sus seguidores utilizaron sus métodos de no-violencia bloqueando las entradas de los edificios y de las oficinas en forma pacífica. Introdujo el método de no-violencia en la lucha de India para alcanzar los derechos humanos básicos y la independencia de su país con mucho éxito.

Gandhi fue el creador de las filosofías políticas de resistencia pacífica y la no-violencia constructiva. Por lo tanto, fue un firme creyente de que la desobediencia civil y la no-violencia deberían ser efectivas en cualquier situación, y en cualquier momento. Gandhi no solamente liberó a India utilizando esta filosofía, además concienció a la humanidad de los prejuicios y el odio. Demostró que, con el apoyo de sus seguidores, podía lograr el triunfo sobre uno de los ejércitos más fuertes y feroces, el ejército británico, que en un momento de la historia conquistó casi al mundo entero.

Aunque es poco conocido, Gandhi recibió inspiración de la lectura de textos religiosos, incluyendo la Biblia y Gita, y de escritores como Tolstoy y Thoreau, entre otros. De hecho, hubo movimientos de resistencia no violenta que precedieron a Satyagraha (la fuerza de la verdad, que combina varios métodos de no-violencia). Uno de ellos fue el levantamiento de las esposas alemanas de judíos que eran “cristianas” en Berlín durante el Holocausto. El éxito de los movimientos no violentos incluye la lucha por los derechos civiles bajo el liderato de Martin Luther King en los Estados Unidos y en la década de los 1960 la lucha de los estudiantes en varias universidades de Estados Unidos en contra de la guerra de Vietnam.

Gandhi tuvo muchas facetas, como indica el autor del Premio Pulitzer, William Shirer en su muerte, “el apóstol santo de la no-violencia, el político sagaz, la agudeza traviesa, el revolucionario entusiasta cuyo triunfo fue terminado por la bala de un asesino”. Gandhi fue asesinado por Nathuram Godse el 30 de enero de 1948, mientras rezaba. El primer Primer Ministro de India, Jawaharlal Nehru, le informó a la nación a través de la radio, con una voz temblorosa: “Amigos y camaradas, se ha ido la luz de nuestras vidas y en todos los lugares tenemos oscuridad”.

M. K. Gandhi (1869-1948) se ha convertido en el símbolo más grande de la no-violencia en el siglo 20, y su vida y enseñanzas permanecen como ejemplos brillantes hoy día. Su inspiración y sus lecciones espirituales vivirán para siempre en todo el mundo. Hoy día se reconoce ampliamente –en retrospectiva– que este líder nacional de India tenía todos los atributos para ser seleccionado para el Premio Nobel de la Paz. Fue nominado en varias ocasiones (1937, 1938, 1939, 1947, y por último unos días antes que fuera asesinado en enero de 1948), pero nunca le fue otorgado el premio. Las razones para no otorgarle este reconocimiento únicamente pueden explicarlas para la historia las personas que tomaron la decisión: la de no reconocer a una persona cuya vida y creencias lo han sobrevivido y mantenido relevante por más de medio siglo.

India ganó su independencia mientras Gandhi estaba vivo, el 15 de agosto de 1947, demostrando una y otra vez que los métodos de no-violencia son más efectivos que una revolución con armas en la lucha contra la injusticia de los opresores. Lord Louis Mountbatten, el último virrey de India, dijo: “Mahatma Gandhi quedará en la historia al mismo nivel que Buda y Jesucristo –el arquitecto de su libertad a través de la no-violencia”.

Gandhi luchó por la participación verdadera de los indios en su destino, en contra de la esclavitud, la discriminación y su liberación del imperio británico. Su vida ha servido como un ejemplo y modelo para nosotros en Puerto Rico, donde fue a través de medios no violentos que tuvimos éxito en lograr que la Marina de Estados Unidos se retirara de Vieques luego de haber bombardeado la Isla Nena por más de 60 años. Los encontronazos recientes en la Universidad de Puerto Rico, cuando la Universidad se mantuvo cerrada por casi dos meses por una huelga estudiantil, se caracterizaron por los métodos pacíficos que utilizaron los estudiantes. Estos métodos les dieron una ventaja en la opinión pública en contra de la administración y el gobierno. Hay que aprender de lo que dijo Gandhi: “El descontento sano es el preludio al progreso”.

No todas las personas que piensan de modo diferente a la administración universitaria o del gobierno son comunistas o socialistas, como han sido etiquetados. Como todos sabemos, en tiempos recientes como en los sesenta, los setenta y los ochenta del siglo pasado, la Universidad ha tenido muchos disturbios. A pesar de los incidentes de estas décadas, que fueron peores que los de la pasada huelga, la universidad ha surgido victoriosa en estos tiempos difíciles para convertirse en una de las mejores de este hemisferio en términos académicos y culturales, entre otros y por el reconocimiento a la diversidad de opiniones, la tolerancia y el respeto a las ideas de diferentes sectores.

Gandhi siempre creyó que “El desacuerdo honesto, con mucha frecuencia, es un buen signo del progreso”. Los desacuerdos y las discusiones en un diálogo respetuoso entre diferentes facciones han redundado en mejores ideas y progreso sobre lo que debe ser una Universidad, que fue lo que ocurrió durante la lucha pacífica de India por su liberación del Imperio Británico.

Gandhi siempre creyó y recalcó que “ojo por ojo siempre terminará haciendo que todo el mundo se quede ciego”. Hay varios elementos importantes que uno puede aprender de la vida y los mensajes de Gandhi. La lucha pacífica no implica cerrar la Universidad y quitarles los derechos a otros que tienen que graduarse o quieren estudiar. Es decir, “sacarse los ojos” no es la solución del problema ya que nos quedaremos “ ciegos”. El reto que había en contra de la “Universidad” era grande. Hay que ser valientes y militantes como Gandhi. No podemos cerrar la Universidad y dejar que ambos adversarios logren sus objetivos de destrucción. Hay que demostrar con no-violencia que los adversarios van por mal camino haciéndole su labor difícil. Esto se logró parcialmente, pero hay que dejar que los profesores y los estudiantes sigan haciendo su labor académica, que es la razón de la existencia de la Universidad.

Un sector de la sociedad, incluyendo a la administración universitaria, quería que se tomaran represalias en contra de los estudiantes y todos los que protestaban y se manifestaban. Uno no castiga a la gente para enseñarle algo. Hay que darle modelaje.

“El coraje es el enemigo de la no-violencia y la arrogancia es un monstruo que se lo traga”.

“Los débiles nunca pueden perdonar. El perdón es el atributo de los fuertes”.

Trabajemos por el bien de Puerto Rico y por el progreso de nuestra universidad siguiendo las enseñanzas de Gandhi.

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