sábado, 20 de febrero de 2010

1er Encuentro de Educadores

1er Encuentro de Educadores

viernes, 19 de febrero de 2010

Con el tema “Educación 2.0: modelos, paradigmas y nuevos retos”, la Red de Educadores Puertorriqueños y la Universidad de Puerto Rico en Cayey auspician la celebración del Primer Encuentro de Educadores Puertorriqueños este próximo sábado 27 de febrero de 2010.

La Red de Educadores Puertorriqueños es un proyecto que une educadores de escuelas públicas y privadas, profesores universitarios, consultores educativos, expertos en tecnología, sicólogos, bibliotecarios y estudiantes universitarios interesados en la tecnología como medio de educar y que desean contribuir a la educación del País. Los miembros de esta organización utilizan las herramientas de la llamada “Web 2.0” para tales fines.

Entre los temas que se tocarán durante este evento se encuentran:"Operación Éxito Tratamiento Intensivo”, “Reflexiones en torno a una década de aprendizaje en la Web”; “Aplicaciones Educativas de Google Earth”; “Diseño de Portafolios Electrónicos”; “Uso de Blogs Educativos como herramientas para mejorar el aprendizaje”; “La Marca Personal y el Boom de Twitter”, “Edu 2.0 como alternativa para el “E-learning” y “Futuro de la Educación”, entre otros temas y exhibiciones.

La actividad, libre de costo, se celebrará a partir de las 8:00 AM en el nuevo anfiteatro del Nuevo Edificio de Ciencias (NEC) del recinto cayeyano.

Sin duda, esta será una actividad muy, pero que muy educativa, tanto para los educadores que ya utilizan la red con sus estudiantes, así como los que desean aprender cómo utilizarla. De igual manera, los que nos interesa el tema de la Internet social, tendremos un “buffet” de temas para aprender. Les exhorto a que no se la pierdan. Mis felicitaciones a la amiga Jeanette Delgado, creadora y organizadora de esta idea.

Más información en http://www.educapr.org.

domingo, 14 de febrero de 2010

El vicio de las DROGAS

“El vicio lo atrapó”

Una joven madre relata la pesadilla que vivió durante años al ver a su amado consumirse en las garras de la droga. Mira el vídeo

Por Yaritza Santiago Caraballo / end.ysantiago1@elnuevodia.com

Cansada de vivir siete años atrapada en una relación sentimental marcada por la drogadicción, Karla (seudónimo para proteger su identidad) dijo finalmente ‘hasta aquí’.

Llevaba una convivencia pacífica con un adicto al crack. Y aunque sentía un profundo amor por aquel hombre, esta vez decidió no tolerar más las recaídas, las noches de desvelo ni las lágrimas de angustia y frustración.

Hace nueve años, Karla, apenas una adolescente, conoció a un joven apuesto, de padres divorciados de clase media, cariñoso, inteligente, graduado de colegio privado, que al igual que ella, tenía aspiraciones profesionales.

A él le gustaba beber y de vez en cuando fumar marihuana. Ella, según relató a El Nuevo Día en la casa que compartía con su pareja en la zona central, no lo veía mal. Alguna vez, confesó, ella también fumó marihuana con él.

“Yo sé que no soy una santa”, expresó. “Nosotros ‘jangueábamos’, ‘parisiábamos’ y yo la fumaba como algo casual, socialmente. Yo entiendo que el cerebro de cada uno funciona diferente y hay gente que prueba la marihuana y ya”, apuntó.

La amistad entre la pareja se convirtió en un profundo amor que los llevó, casi dos años después, a vivir juntos. Ella aún recuerda con nostalgia aquel día de San Valentín que celebraron en la playa con una botella de champán y fresas.

Al poco tiempo empezaron los problemas y la relación se transformó en una pesadilla cuando a la vida de su compañero llegó un enemigo fatal: el crack.

Karla, graduada también de un colegio privado, nunca imaginó que su pareja era esclavo de este vicio hasta que durante varias noches, principalmente los fines de semana, él llegaba a la casa pasadas las 2:00 de la madrugada. También notó que algunas de sus prendas desaparecieron.

“Nosotros éramos una pareja superenamorada, que compartíamos siempre, y él dejó de hacerlo”, recordó.

“De ser una persona alegre, empecé a verlo en baja, como ‘down’, ido. Se me desaparecía. A veces lo llamaba al celular y no lo conseguía. Llegaba tarde a la casa, quería estar todo el tiempo durmiendo y faltaba mucho al trabajo. Supe que estaba pasando algo, que él me estaba ocultando algo”, relató.

Su preocupación y angustia por aquel comportamiento le robaron el sueño muchas noches, contó.

Cuando Karla lo enfrentó, él le confesó que era usuario de crack. “Yo nunca pensé que llegaría a esta etapa de usar crack. De hecho, cuando supe que él se estaba metiendo eso me dio asco porque lo considero algo bien de la calle, algo bien sucio. Pero el vicio lo atrapó”, dijo.

Él nunca le explicó qué lo motivaba a consumir drogas, pero a veces decía sentirse triste y deprimido. Karla cree que haber tenido una infancia triste pudo haberlo llevado a refugiarse en la droga. Según ella, los padres del joven, ambos profesionales en puestos ejecutivos, tenían problemas en su matrimonio y eran más bien distantes con sus hijos.

“Era una familia disfuncional con muchos problemas y eso para mí le afectó”, relató Karla, quien asegura que un familiar cercano fue quien le presentó a su novio aquello que ahora es su rival.

Según Karla, él no se drogaba todos los días. Tampoco lo vio consumirla. Sí encontró varias veces en el piso del hogar algunas cápsulas de la droga que poco a poco destruyó su relación.

Cuando sus padres supieron lo que pasaba, le exigieron dejarlo. Ella dice que su amor y comprensión eran demasiado fuertes. Se quedó y lo motivó a buscar ayuda en un centro de rehabilitación.

“Yo seguía con él porque no es una mala persona”, dijo desbordada en lágrimas. “Aunque no estábamos casados, nos considerábamos un matrimonio, y no soy de las que piensa que si nos va mal nos dejamos. No hay nadie perfecto y lo veía arrepentido por él mismo no tener la voluntad de dejar el vicio”.

Ella asegura que él quería dejar la droga. Le entregaba su ATH para evitar gastar el dinero y buscaba viajar en el auto de alguien más para llegar directamente a su trabajo. “Yo hasta me ofrecí a ir con él a terapias porque quería que saliera de eso. Pero a veces uno está tan ocupado con el trabajo y los hijos, que no tiene tiempo para hacerlo”, dijo.

Cuando el muchacho salió de rehabilitación tras pasar allí un año, Karla pensó que volvería a ser feliz con él. Otra recaída la llevó a revivir la pesadilla de las desaparecidas, del insomnio, y esta vez, del atraso en el pago de las cuentas. Hubo meses en que la pareja no pudo pagar el carro ni el alquiler de la casa.

“Lo que yo cobraba en una quincena no me daba para pagar todo, y no podía contar con él porque el dinero que ganaba trabajando lo usaba para la droga”, apuntó. “Cuando le recriminaba por no tener consideración, se sentía abochornado y me decía que se iba a encargar de pagar”, recordó.

Karla decidió romper con él.

“Esa vez lo dejé. Él me llamaba todo el tiempo y yo ignoraba las llamadas. Los amigos me decían que él estaba en la calle bien al garete, que hasta se metía heroína. Yo les decía que ya no tenía nada que ver con él, pero por dentro me dolía. Estaba preocupada por los trucos que él podría estar haciendo para conseguir la heroína, que para mí consumir esa droga era como su grito de pedir ayuda”, relató.

Los padres del hombre lo ingresaron en un centro de rehabilitación. Tras las constantes recaías, la familia se alejó, contó ella.

Karla volvió con él y esta vez quedó embarazada. Cuenta que la noticia fue de mucha alegría para ambos. “Estábamos supercontentos, y él, que estaba de nuevo limpio, buscó trabajo y teníamos proyectos futuros”, recordó la joven.

La ilusión le duró apenas meses. Él recayó y esta vez, por el dolor de sentir que falló, intentó quitarse la vida.

La historia, según Karla, se repitió una y otra vez: recaídas y rehabilitación. Durante casi nueve meses, ella lo acompañó a Narcóticos Anónimos con la esperanza de que su amado sanara y rehacer juntos una vida feliz, ahora con dos niños. Contó que en ese grupo de apoyo hizo amistades y conoció personas que llevaban 27 años limpias.

“Él participaba mucho. Yo veía que estaba funcionando”, dijo. “Pero después de otra recaída, no quiso volver. Él decía que no lo necesitaba, que eso era para personas que caían todo el tiempo. Me sorprendió ese pensar”, dijo Karla.

Con ayuda de tratamiento siquiátrico, él logró mantenerse limpio dos años. Cayó de nuevo y continúa consumido por la droga.

Ella decidió rehacer su vida. Su norte es seguir adelante con sus bebés. Y clama porque el Gobierno y organizaciones privadas hagan su prioridad la búsqueda de más alternativas que ayuden a lidiar con este mal social que a diario destruye a tantas familias.

“Yo aprendí algo: que los adictos son personas enfermas que renuncian a todo por la droga. No son criminales como mucha gente los pinta”, dijo Karla entre sollozos.

“Esto no es fácil. Todo el mundo, toda la familia de un adicto sufre por la constante preocupación de los efectos que conlleva esta enfermedad porque la droga atrapa a la gente. Yo ya no estoy con él porque él tiene que resolver su problema y espero que un día verdaderamente pueda superarlo”, manifestó Karla quien aún no cumple 30 años.

lunes, 11 de enero de 2010

Creando hábitos de estudio

Tareas escolares

Ayúdalos a crear hábitos de estudio saludables

Por Camile Roldán Soto / end.croldan@elnuevodia.com

Alos cuatro años, Estela llegaba al hogar con al menos dos asignaciones todos los días.

“Las hacíamos cuando llegábamos a casa a las 7:30 de la noche y corriendo, porque de lo contrario no podía acostarla a las ocho y por la mañana era un lío levantarla”, cuenta su madre.

Este año, Estela cursa el kinder en un colegio donde las asignaciones comienzan el año que viene. Sin embargo, con la experiencia del pasado muy presente, la madre ya tiene un plan para evitar que las tareas escolares le quiten la paz. Mientras ella cumple con su turno de trabajo, la pequeña alumna pasará la tarde en un centro de estudios supervisados justo en la empresa donde trabaja.

Opciones como esta, que no están disponibles para la mayoría, son la alternativa ante las crecientes exigencias de algunos currículos educativos, donde el enfoque es hacer cada vez más, y más temprano. Muchos niños de hoy llegan a casa cargando cuadernos de preescritura y prematemática a los tres o cuatro años.

Un estudio de la Alianza para la Niñez publicado el año pasado encontró que en los kinder de Nueva York y Los Ángeles los niños invertían la mayoría de su tiempo aprendiendo destrezas de lectura y matemáticas, y apenas destinaban media hora al juego libre. Atribuyen el hecho a la intención, tanto de los padres como de los sistemas, de que los niños enfrenten el desafío académico sin quedarse atrás.

El informe, titulado “Crisis en kinder: por qué los niños necesitan jugar en la escuela”, levantó bandera sobre la necesidad de rescatar el tiempo de imaginar, explorar y socializar como medio principal de aprendizaje. Además, planteó la urgencia de evaluar más extensamente el impacto de los cambios de políticas educativas en el desarrollo social e intelectual de los estudiantes. Los investigadores del estudio señalan que estas prácticas con estricto enfoque didáctico contrastan con las que distinguen a varios de los sistemas educativos más exitosos, como Noruega o Japón, donde la educación formal comienza a los seis años.

La psicóloga clínica Giselle Medina opina que el enfoque académico señalado en el informe tiene aspectos positivos y negativos. Por un lado, sostiene, ayuda a crear sentido de responsabilidad y a desarrollar ciertas destrezas. Por otro, puede atentar contra los beneficios del tiempo de esparcimiento de los chicos. Desde su perspectiva, es preferible que los estudiantes realicen la mayor parte de sus tareas en la escuela, pues allí cuentan con la supervisión de los maestros, y disponen de más tiempo para descansar y jugar en el hogar.

“Hasta edad preescolar, una de las cosas que más debe hacer el niño es jugar. Así aprende socialización, organización, seguir reglas y tener disciplina. Ponerlos a hacer asignaciones y mucho trabajo individual es limitar un espacio perfecto”, apunta la también catedrática de la Escuela de Medicina de Ponce.

A los padres, les recomienda estar alertas a la reacción de sus hijos a las demandas de la escuela, debido a que algunos pueden asumir las responsabilidades mejor que otros.

Marta Rodríguez, madre de una estudiante de segundo grado, afirma que aunque a veces piensa que la niña tiene exceso de tareas “nunca se queja de estar cansada de estudiar”. Incluso, en ocasiones, le pide más trabajo.

Una de las técnicas para velar por el desempeño académico de la menor que mejor le ha funcionado es fomentar diariamente un período de estudio de todas las clases.

“Hay veces que se me olvida que hay examen y sale bien porque ya había estudiado durante la semana”, apunta.

Michelle Martínez, por su parte, tiene dos hijos de siete y nueve años. Trabaja de noche, estudia de día, pero aún así se las ingenia para repasar con los chicos todos los días.

“Comienzo preguntándoles qué dieron en las clases y les pregunto sobre los temas. Hasta ahora me ha funcionado porque ambos tienen A en todas las clases, pero a mí me da un estrés enorme”, apunta.

Sin embargo, no todos los alumnos responden igual a las exigencias de la escuela. Hay quienes son expuestos a currículos sumamente rigurosos y pueden necesitar ayuda adicional. Cuando carecen de ella, enfrentan rezago y frustración.

“También hay muchos estudiantes que están sobrecargados con prácticas de deportes o música todos los días. O quizás nunca aprendieron a organizarse y los padres optan por hacerles el trabajo porque no hay tiempo para explicar”, explica la psicóloga Shaira González, del centro de estudios supervisados Sylvan Learning.

“La situación más común que veo es la falta de organización para realizar las tareas. Muchos estudiantes de escuela superior necesitan mucha supervisión para hacer las asignaciones, lo cual no se supone que ocurra. Generalmente, los padres deben supervisarlos hasta sexto o séptimo grado. El problema recae en la falta de tiempo de algunos padres para ayudar a sus hijos a crear rutinas y hábitos que los ayuden a organizarse mejor y establecer prioridades”, explica.

Para identificar potenciales problemas, los adultos pueden preguntarse: ¿será exceso de trabajo, falta de organización, falta de supervisión, rezago o todas las anteriores? Es importante evaluar también el comportamiento del niño, si las dificultades con las tareas son con una asignatura determinada o si alguna situación está afectando su atención y desempeño.

Las psicólogas recomiendan desarrollar hábitos de estudios desde temprano. El factor clave, afirman por separado, es la rutina.

Construye el hábito

-Repasa el material todos los días, aunque no haya asignaciones. Esta práctica ayuda a refrescar el material.

-Establece un horario y una rutina consistente.

-Crea un espacio adecuado para el estudio, lejos de distracciones, con buena luz, preferiblemente natural

-Al estudiar, organiza el escritorio únicamente con el material que necesitas. Evita la sobrecarga de papeles y libros.

-Si el niño tiene problemas para concentrarse, intenta establecer un periodo de tiempo determinado para terminar la tarea. Motívalo o rétalo a cumplir con el mismo a modo de juego.

-No dejes las asignaciones como última actividad del día, pues la energía y la motivación pueden ser escasas.

-Conversa con ellos sobre las asignaturas y actividades escolares.

-En ocasiones recompensa el buen trabajo con palabras bonitas o actividades divertidas, pero no abuses de los halagos. “Si todo lo que hacen es maravilloso, ¿para qué se van a esforzar?”, sostiene Medina. Igualmente, si deseas ofrecer algún premio material, establece límites. Acostumbrarlos a estudiar a cambio de algo crea expectativas irreales.

domingo, 3 de enero de 2010

Melchor, Gaspar y Baltasar, Reyes Magos de Oriente

Tres Reyes Magos

Sí, los Reyes Magos son tres: Melchor, Gaspar y Baltasar. Son tres Reyes de Oriente que cada año el llamado día de Reyes, traen los regalos a los mayores y muy especialmente a los niños. Aunque según algunos pudieron ser másde tres (los armenios, por ejemplo, suponen que fueron 12).

El Papa San León estableció que eran tres los Reyes Magos que fueron a adorar al niño Jesús guiados por una estrella: Melchor, Gaspar y Baltazar. y que Los regalos que llevaban eran oro, incienso y mirra, significando: Rey y Dios Hombre.

Estos Tres Reyes son "magos" como su nombre indica. Según las escrituras bíblicas llevaron al niño Jesús oro, incienso y mirra en el pesebre de Belén donde nació. Los tres Reyes Magos venían de países muy lejanos, pero fueron guiados por una señal del cielo, una "estrella mágica". Que años después los hombres de ciencia señalaron que pudo ser un cometa.

Desde entonces, cada año, los tres reyes magos llevan regalos y presentes de paz y buena voluntad a los niños.


Los tres Reyes Magos y el significado de sus regalos

El oro, el incienso y la mirra tienen cada uno un significado:

Melchor (Magalath), anciano de blancos cabellos y larga barba del mismo color, procedente de Europa; Melchor entrega la mirra, La mirra es una sustancia rojiza aromática que es común en medio oriente y Somalia. Era muy valorada en la antigüedad para la elaboración de perfumes. La mirra es el símbolo del hombre.

Gaspar (Galgalath), el más joven y rubio de los tres reyes magos procedente de Asia. Gaspar entrega el incienso, El incienso es una preparación de resinas aromáticas vegetales, a las que se añaden aceites de forma que al arder desprenda un humo fragante y un olor característico. El incienso en el símbolo de Dios. En muchas religiones el incienso se utiliza en los ritos religiosos.

Baltasar(Serakin), de raza negra, procedente de Africa, Baltasar entrega el oro, el más precioso de los metales. El Oro es el símbolo del Rey. La descripción de los tres reyes magos fue hecha en el siglo XIV por un monje benedictino, Beda, que los describió en un códice, según hemos espuesto más arriba.

sábado, 2 de enero de 2010

POEMA CAMINOS DE AÑO NUEVO

CAMINOS DE AÑO NUEVO

William Pérez Vega


Ya se sienten las luces remojadas de risas

y se escuchan canciones entre brindis añejos,

porque el mundo celebra el tiempo que se marcha

por las calles mojadas de un millar de recuerdos,

mientras tiembla de frío la conciencia desnuda

rebuscando el abrazo en la marcha del pueblo

que ha sentido en su espalda latigazos ardientes

que llevan en sus manos los amos del dinero,

que como dioses falsos hoy se adueñan del mundo

y han echado a la calle mil obreras y obreros.

Son los dioses que inventan los talleres cerrados

y el hambre que camina por todos los senderos

convirtiéndose en dogma que desanda el planeta,

que se apropian del aire, las aguas y los suelos,

portavoces del hambre, la guerra y la ignorancia,

predicando la muerte de la paz y los sueños.

Hay que mirar de frente ese tiempo que ahoga

y gritarle en la cara que llegó su año viejo

cantando el villancico de la nueva esperanza

impregnado de himnos que resumen los pueblos

con afán de consignas y notas proletarias

estallando amapolas e inventando un lucero

con la bandera en alto de las canciones nuevas

empuñando en las manos laboriosos aperos,

derramando los pasos por plazas y bateyes,

conquistar palmo a palmo este mundo que es nuestro

y en un abrazo grande, completo y solidario

inventar todos juntos caminos de año nuevo.