El Blog de Lcda. Nellie Torres de Carella, Centro Tomatis de Puerto Rico
La exposición a la televisión y el desarrollo del lenguaje
02 de diciembre de 2009 03:00 pm
La magnitud del problema es tan significativa que comenzamos a indagar posibles causales, no para el diagnóstico, sino para la severidad del mismo. Es durante ese proceso de recopilación de datos que surge la posible explicación: la mayoría de ellos han pasado los primeros dos a tres años de sus vidas frente al televisor.
La sobre exposición en estos primeros años a la televisión, videos (incluyendo los famosos Baby Einstein) o computadoras privan a los niños de horas en las cuales podrían estar desarrollando actividades interpersonales, juegos sociales y la exploración del ambiente.
El desarrollo del lenguaje requiere de un emisor y un receptor, es una actividad interactiva, contrario a la televisión que es puramente visual-pasiva. Con Barney, Dora u otros personajes aprenden colores, números y letras, pero no pueden expresar unas necesidades básicas. Si la exposición a la televisión es en otro idioma, el daño es aún mayor. Algunos de estos niños hablan con un acento extraño y presentan mucha dificultad para entender y usar las reglas de estructura del español.
Otra característica de estos niños es la de un lapso de atención sumamente corto. La sobre exposición a la estimulación visual que proveen los programas para niños, la cual se caracteriza por movimientos rápidos y colores, causa que las destrezas de procesamiento auditivo se queden rezagadas. Estas destrezas son vitales para el desarrollo de una buena atención auditiva así como para un desarrollo de lenguaje adecuado.
El exponerse a tantas horas frente al televisor limita el movimiento de los niños, por lo cual el sistema sensorial en general (incluyendo el vestibular) es privado de una información del medio ambiente que requiere para un desarrollo y modulación sensorial adecuada que a su vez, redundaría en una mejor atención.
¿Cuánto es dañino? La Sociedad Americana de Pediatras recomienda que los niños de dos años o menos no estén expuestos a la televisión. Yo, como patóloga del habla y lenguaje, estoy totalmente de acuerdo con esta recomendación.
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